Tener “química” con alguien no es solo una frase. La verdadera ciencia ocurre cuando sientes amor.
“El sistema mesolímbico de nuestro cerebro es el que se relaciona con las recompensas y las motivaciones”, dice Leiszle Rae Lapping-Carr, PhD, psicóloga de Northwestern Medicine con experiencia en sexo y relaciones. “A medida que te involucras con cosas que te brindan placer, los neurotransmisores de tu cerebro te llevan a buscar esa recompensa una y otra vez”.
Entiende la química
Podemos darnos cuenta de cuándo podríamos estar pasando por alto las señales de alerta.
El amor ocurre menos en el corazón y más en el cerebro, donde se desencadenan las liberaciones hormonales y las sustancias químicas cerebrales. La dopamina, la serotonina y la oxitocina son algunos de los neurotransmisores clave que te ayudan a sentir placer y satisfacción. Por lo tanto, tu cuerpo a menudo aborda el amor como un ciclo. Se siente bien estar con esa persona, por lo que tu cerebro dice: “Hazlo otra vez”.
Hay componentes únicos pero superpuestos del amor, que incluyen:
- Encaprichamiento o atracción
- Deseo sexual
- Apego
Lapping-Carr dice que si bien es importante conocer estos componentes, no se los considera fases del amor.
“El apego puede desarrollarse durante una amistad, lo que podría llevar a una relación romántica”, explica. “En esos casos, la sensación de seguridad con alguien puede llegar antes que el encaprichamiento o el deseo sexual”.
Conoce tu influencia
Si bien el lado químico de las cosas sucede en tu cuerpo, es importante saber que aún tienes control sobre tus propios sentimientos.
“Podemos ayudarnos a reconocer cuándo estamos, por ejemplo, en la fase de luna de miel”, dice Lapping-Carr. “Podemos notar cuándo podríamos estar pasando por alto las señales de alerta”. Por el contrario, si estás hiperconcentrado en encontrar cosas negativas en alguien, puede ser difícil que el sistema de recompensa de tu cerebro se ponga en marcha.
Las hormonas y los neurotransmisores relacionados con el amor pueden tener un efecto poderoso en el comportamiento. Sin embargo, tu comportamiento no es involuntario. Haz un examen de conciencia y reflexiona sobre tus sentimientos. Esto puede ayudarte a comprender mejor tu forma de amar.