“Los hallazgos revelaron que la falta de sueño y la somnolencia hacían que las personas se sintieran mayores que su edad real”, explica un nuevo artículo de investigación.
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Por Ingrid Vásquez /People.com
Leonie Balter, investigadora del sueño de la Universidad de Estocolmo en Suecia, dirigió dos estudios que demostraron cómo los patrones de sueño afectan la edad o la juventud de una persona.
En un estudio, 429 personas de entre 18 y 70 años recibieron cuestionarios que analizaban la calidad de su sueño.
“Aquellos que informaron haber tenido ninguno de los 30 días de sueño insuficiente se sintieron más jóvenes que su edad calendario, con una edad subjetiva que era en promedio 5,81 años más joven”, explica un artículo de investigación publicado el 27 de marzo en Proceedings of The Royal Society B.
Los hallazgos mostraron que “por cada día adicional de sueño insuficiente durante los últimos 30 días, la edad subjetiva aumentó en 0,23 años”.
En el segundo estudio, 186 personas de entre 18 y 46 años durmieron en un laboratorio y experimentaron restricción y saturación del sueño. En las dos noches con restricción de sueño, a los participantes se les permitió dormir sólo cuatro horas cada noche.
Cuando se les presentó la saturación del sueño, se les permitió dormir nueve horas en otras dos noches.
Los hallazgos mostraron que “después de la restricción del sueño, los participantes se sintieron en promedio 4,44 años mayores en comparación con después de la saturación del sueño, donde se sintieron 0,24 años más jóvenes que su edad calendario”.
El segundo estudio también encontró que las personas que prefieren despertarse más temprano tienden a sentirse más jóvenes cuando duermen lo suficiente.
“Estos resultados sugieren que los madrugadores, en promedio, se sienten subjetivamente más jóvenes cuando el sueño está saturado, pero experimentan un mayor aumento en la edad subjetiva cuando se exponen a restricciones de sueño”, explica el artículo de investigación.
“Ambos estudios, uno transversal y otro experimental, demuestran que el sueño y la somnolencia desempeñan un papel profundo en la configuración de nuestro sentido de la edad”, se lee en el artículo.
“Los hallazgos revelaron que la falta de sueño y la somnolencia hacían que las personas se sintieran mayores que su edad real y respaldan que una buena noche de sueño es fundamental para sentirse más joven que la edad real”, continuó.