Ella es la mujer que empezó su negocio de belleza a los 67 años: “No necesitas edad sino actitud”

Por Selene Rivera / Los Angeles Times

Gracias por estar aquí! Por favor, comparte nuestro sitio con tus amigos y familia.

Los Angeles — De acuerdo con la emprendedora, lo que la gente debe saber identificar es aquella señal que les diga que es tiempo de cambios y seguirla, a pesar del temor que puedan tener.

“Yo le rendi mi destino a Dios”, dijo Arriagada desde su oficina en North Hollywood.

Todas las mañanas sin falta, antes de salir de su casa, ella utiliza un labial para sentirse empoderada, y conquistar al mundo.

A lo contrario de lo que muchas personas creen, sostiene Arriagada de ahora 69, nunca es tarde para hacer un sueño realidad. El de ella era ser el orgullo de su madre.

“Tener un negocio de belleza a mi edad no es fácil, eso dicen, pero no se trata de números o edad, se trata de actitud”, dijo la residente de Studio City.

La oriunda de Lima, Perú, se mudó junto con su madre a California cuando tenía solamente 12 años. Su primer hogar fue en el este de Los Ángeles.

La señora Carolina Valdelomar se había fugado de su hogar por problemas con su marido, un hombre estricto cuya familia adinerada tenía problemas con ella por ser de recursos escasos.

Los labiales en diferentes tonos son inspirados por la madre de Margarita Arriaga. (Photo by James Carbone)(James Carbone)
“Aquí en Estados Unidos mi madre me enseñó a trabajar y estudiar a la vez. No había vuelta de hoja, no podíamos regresas a Perú”, dijo Arriagada.

La joven inmigrante empezó a trabajar en un Departamento de tiendas Macy’s, conocido antes como Bullocks, a los 16 años mientras cursaba la escuela.

Al salir de la preparatoria, ella quiso estudiar arquitectura, pero las clases eran muy costosas.

“Si no tienes lo que quieres, toma lo que tengas a la mano y agárrate de ello para seguir adelante”, dijo Arriagada.

Con ese pensamiento, la joven entonces empezó a tomar clases de diseño de interiores, creyendo que después podría cambiar créditos y seguir su carrera, pero no fue así.

A los 18 años, la inmigrante se graduó en diseño de modas de un Instituto de Diseño de Modas y Mercancía, en el centro de Los Ángeles, y con esa certificación pudo entrenarse con la tienda en la que trabajaba para poder entrenarse y escalar a diferentes puestos importantes durante mas de 20 años.

Arriagada sostiene que nunca pensó en llegar a crear su propio negocio, su vida era trabajar como su madre le había enseñado y aportar al hogar en forma de agradecimiento.

Al pasar los años llegó otra oportunidad a su vida, un trabajo en Sephora.

“Al principio estaba confundida y temerosa. Yo era no solo era, latina sino una mujer mayor de edad”, dijo Arrigada. “Me preguntaba que iba a ser entre jovencitas con un concepto de maquillaje totalmente diferente”.

A pesar de sus temores, Arriagada se desempeñó como jefa comercial de Sephora USA un poco más de 10 años logrando llegar al mercado latino con éxito a través de presionar a diferentes marcas a crear productos para la comunidad.

Aunque Arriagada amaba su trabajo, en los últimos años había algunas cosas que ya no eran un encanto para ella como el tener que viajar todo el tiempo, y la política diferente de la compañía con sus pensamientos y su forma de trabajar. Sin embargo, ella tenía que trabajar para pagar los costos de cuidado de su madre, que lidiaba con demencia desde hacia una década.

“Ella siempre había sido mi inspiración. No importaba que, mi madre salía a trabajar todas las mañanas bien maquilladas, pero después dejó de reconocerme”, dijo.

“Una tarde escuche la voz de mi madre decirme. ‘este es tu momento’, y renuncié. Arriesgué a perder mi salario y todo lo que había construido en mi vida. Pero el irme no tenía precio. Por orgullo propio decide renunciar”, dijo.

(Foto por James Carbone) © (James Carbone)

A principios del 2016 mientras Arriagada intentaba hacer álbum de fotos conmemorando a su madre, la emprendedora se percató de que en todas las fotos la señora Valdelomar tenía labial.

“Me acordé de que cuando ella estaba triste o cansada, ella sacaba su labial para embellecerse y sentirse mejor. Ella usaba labial con la intensión de comerse al mundo”, dijo la empresaria.

Entonces surgió la idea de crear una labia para rendirle homenaje a su madre.

“Un labial tan cotidiano que parezca hace cambiar tu actitud. Yo quiero recordarle eso a mis compradores”, dijo.

“Aun debajo de la mascarilla muchas mujeres usamos labial, esto es algo personal, muy íntimo y estimulador”, dijo Arriagada recordando aquellas grandes figuras que son recordadas también por sus labiales como Marilyn Monroe, Sophia Loren y Elizabeth Taylor.

Actualmente, la marca consiste en una colección de labiales recargables que presenta tonos pigmentados con fórmulas limpias, libres de crueldad animal y veganas. La armadura de los labiales son por su parte versión escultórica del torso de una mujer, con toda la destreza de un cohete y la feminidad de una bailarina.

Este pasado mayo, la marca también inició una beca monetaria anual para ayudar a la próxima generación de emprendedores en la belleza, con servicios de consultoría para promover sus productos.

Para Arriagada es imperativo asistir a todas aquellas mujeres que como ella y su madre son inmigrantes que vinieron a este país a querer superarse.

Aunque la madre de Arriagada ya no pudo ver a su hija con su propio negocio, ella sabe que su madre se encuentra orgullosa de ella, pues siempre su la alentaba a ser la mejor en lo que se propusiera, y no darse por vencida.

“Mi misión es irme de este mundo con el tanque vacío”, dijo Arriagada entre risas y refiriéndose a que aún tiene energía para trabajar.

“Cuando Dios nos mande a llamar, hasta ese momento podemos decir adiós a la vida. Mientras hay que darnos el permiso de pensar que somos capaces de crear nuestro propio destino”, dijo.

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.